Rodearse de gente más inteligente: un rasgo de verdadera inteligencia
- José Luis Ortiz
- 25 ago
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“Si eres el más inteligente de la sala, estás en la sala equivocada".
Confucio

Suele pensarse que la inteligencia se prueba resolviendo problemas en solitario. Sin embargo, la evidencia en ciencias sociales y de la gestión sugiere lo contrario: las personas realmente inteligentes tienden a rodearse de gente más capaz que ellas en ámbitos específicos. Este comportamiento no es un acto de modestia superficial, sino una estrategia racional que combina humildad intelectual, búsqueda deliberada de diversidad cognitiva y diseño de contextos que maximizan el aprendizaje y la toma de decisiones.
1) Humildad intelectual como motor de aprendizaje
Quien reconoce los límites de su propio conocimiento reduce el riesgo de la “ceguera por exceso de confianza”. El clásico hallazgo de Kruger y Dunning (1999) mostró que las personas con menor pericia sobreestiman sus habilidades; una vacuna conductual contra ese sesgo es la humildad intelectual —la disposición a admitir zonas de ignorancia y a actualizar creencias ante mejor evidencia—, rasgo asociado con mayor apertura al consejo experto (Krumrei-Mancuso & Rouse, 2016). En el terreno de la dirección de equipos, Collins (2001) describió a los líderes “Nivel 5” como quienes sistemáticamente contratan y promueven talento que los supera, porque ponen la misión por encima del ego.

2) Diversidad cognitiva supera al talento individual
Más allá del genio aislado, grupos que integran perspectivas, heurísticos y modelos mentales distintos resuelven problemas complejos con mayor eficacia. Hong y Page (2004) demostraron formal y empíricamente que la diversidad de solucionadores puede superar a grupos homogéneos de “los más capaces”. De forma complementaria, Woolley et al. (2010) hallaron un factor de inteligencia colectiva que predice el rendimiento de equipos en múltiples tareas, dependiente de habilidades sociales y distribución equitativa de la participación, no solo del CI medio. En ciencia y tecnología, los equipos han desplazado al individuo como unidad dominante de innovación y son más influyentes en el largo plazo (Wuchty, Jones, & Uzzi, 2007). Rodearse de gente “más inteligente” —o, más precisamente, más experta en dominios críticos— es la vía práctica para capturar esa “bonificación por diversidad” (Page, 2017).
3) Mecanismos de rendimiento: fricción productiva y corrección de errores
Las personas inteligentes buscan fricción productiva: entornos donde ideas fuertes se confrontan con mejores ideas. Esto acelera la detección de errores, genera soluciones más robustas y evita el pensamiento grupal. Diseñar reuniones con debate estructurado, roles de “abogado del diablo” y métricas de decisión reduce sesgos de confirmación (Grant, 2021). Además, quienes se rodean de talento superior obtienen aprendizaje por exposición: absorben marcos de referencia, estándares y hábitos de trabajo que difícilmente emergerían en equipos complacientes.
4) Condiciones culturales: seguridad psicológica y reglas del juego
No basta reunir gente brillante; hay que crear climas donde sea seguro discrepar. La seguridad psicológica —la creencia grupal de que no serás castigado por hablar— predice aprendizaje, innovación y calidad de decisión (Edmondson, 2018). Los líderes inteligentes combinan dos prácticas: (a) reclutan y promueven a quienes los superan en áreas clave, y (b) establecen normas que protegen la crítica, la curiosidad y la experimentación.
5) Objeciones y matices
Rodearse de gente más inteligente puede generar amenazas al estatus, conflictos o costos de coordinación. Pero estos riesgos se mitigan con claridad de propósito, estructuras de decisión explícitas y reconocimiento compartido del mérito. Incluso en culturas de alto desempeño, la figura del líder-curador —quien orquesta capacidades superiores a las propias— es más sostenible que la del líder-héroe omnisciente (Collins, 2001; Edmondson, 2018).
Conclusión
La afirmación “las personas inteligentes se rodean de gente más inteligente que ellas” no es un eslogan motivacional: es una síntesis de hallazgos empíricos sobre diversidad cognitiva, aprendizaje social e inteligencia colectiva. Implica humildad para reconocer límites, valentía para invitar a la discrepancia y disciplina para construir las condiciones donde ese talento florece. En última instancia, la mejor medida de la inteligencia práctica puede ser la calidad —y la complementariedad— de las mentes que elegimos tener cerca.
Referencias
Collins, J. (2001). Good to Great: Why Some Companies Make the Leap—and Others Don’t. HarperBusiness.
Edmondson, A. C. (2018). The Fearless Organization: Creating Psychological Safety in the Workplace for Learning, Innovation, and Growth. Wiley.
Grant, A. (2021). Think Again: The Power of Knowing What You Don’t Know. Viking.
Hong, L., & Page, S. E. (2004). Groups of diverse problem solvers can outperform groups of high-ability problem solvers. Proceedings of the National Academy of Sciences, 101(46), 16385–16389.
Kruger, J., & Dunning, D. (1999). Unskilled and unaware of it: How difficulties in recognizing one’s own incompetence lead to inflated self-assessments. Journal of Personality and Social Psychology, 77(6), 1121–1134.
Krumrei-Mancuso, E. J., & Rouse, S. V. (2016). The development and validation of the Comprehensive Intellectual Humility Scale. Journal of Personality Assessment, 98(2), 209–221.
Page, S. E. (2017). The Diversity Bonus: How Great Teams Pay Off in the Knowledge Economy. Princeton University Press.
Woolley, A. W., Chabris, C. F., Pentland, A., Hashmi, N., & Malone, T. W. (2010). Evidence for a collective intelligence factor in the performance of human groups. Science, 330(6004), 686–688.
Wuchty, S., Jones, B. F., & Uzzi, B. (2007). The increasing dominance of teams in production of knowledge. Science, 316(5827), 1036–1039.







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