Jaime, el proyecto más importante (storytelling)
- José Luis Ortiz
- 8 ago
- 3 Min. de lectura

Durante más de treinta años, Jaime llevó una vida “normal”. Fue un hombre trabajador, responsable, proveedor constante. Crió a sus hijos con amor, se preocupó por su familia y cumplió con cada deber que la vida le presentaba. Pero en medio de su compromiso con los demás, se olvidó de sí mismo. Su salud era algo secundario. Dormía poco, comía lo que podía, el ejercicio le parecía una pérdida de tiempo y sus emociones, un tema tabú.
Al jubilarse, con más tiempo y menos excusas, algo dentro de él empezó a incomodarlo. Se sentía cansado, apagado, sin dirección. Un día, casi por casualidad, encontró en la biblioteca del parque un libro de desarrollo humano. Lo leyó sin esperar mucho… pero lo que encontró lo sacudió: “El proyecto más importante de tu vida eres tú”.
Ese pensamiento le dio vueltas en la cabeza durante días. Así empezó una nueva etapa: Jaime, el proyecto.
🏋♂ Cambio físico, transformación interior
A los 62 años, Jaime entró nuevamente a un gimnasio, algo que había hecho durante su juventud temprana. No para parecer joven, sino para vivir mejor. Comenzó con caminadora y pesas ligeras. Conoció a un entrenador que lo guió con paciencia. En paralelo, mejoró su alimentación: menos azúcar, más vegetales, menos fritos, más agua. También se regaló un nuevo hábito: la lectura. En especial, los libros de filosofía estoica captaron poderosamente su atención.
🧘♂ El estoicismo: orden para el alma
Epicteto, Marco Aurelio, Séneca... Jaime se enamoró de esa filosofía serena y profunda. El estoicismo le dio paz, claridad y dirección. Aprendió que no podía controlar el mundo, pero sí su actitud y su respuesta ante lo que le sucede. Dejó de reaccionar impulsivamente, de preocuparse por cosas pequeñas. Se volvió más reflexivo, más fuerte por dentro.
Ya no sentía necesidad de agradar a todos. Y eso lo llevó a tomar decisiones difíciles.
🍻 Alejarse para sanar
Muchos de sus amigos de siempre seguían en la misma rutina de antes: reuniones nocturnas con alcohol, comidas chatarra, quejas sin fin, malas noticias, nulo descanso y cero reflexión. Jaime los quería, pero empezó a sentir que ese entorno lo drenaba. Con respeto y sin reproches, se fue alejando poco a poco.
En lugar de juergas ruidosas, prefería caminatas al amanecer, conversaciones con nuevos amigos del gimnasio o clubes de lectura, y espacios de silencio.
Mientras él mejoraba en salud y ánimo, algunos de sus antiguos compañeros enfermaban. Otros, con el rostro marchito por el estrés, cargaban días pesados llenos de preocupaciones y culpas no resueltas. Algunos fallecieron demasiado pronto.
🌱 La recompensa: tranquilidad, propósito y gratitud
Hoy, Jaime tiene 68 años. Conserva una vitalidad que muchos de 50 envidiarían. Duerme bien. Sonríe más. No vive una vida perfecta, pero vive con intención y bienestar. Cuando le preguntan por qué cambió tanto, responde sin dudar:
“Porque entendí que si no me cuido yo, nadie puede hacerlo por mí. Y cuidarme no es egoísmo, es la forma más profunda de querer a quienes amo. Porque si yo estoy bien, puedo dar lo mejor de mí.”
🧭 Moraleja
El proyecto más importante de tu vida eres tú.
Cuidarte no es una carga, es un acto de amor propio y hacia los demás. Solo quien cultiva su cuerpo, su mente y su espíritu, puede ser un verdadero regalo para su familia, sus amigos y su comunidad.
Invertir en ti no solo te alarga la vida, le da vida a tus años… y calidad a los años de quienes te rodean.







Comentarios